Rechazan ley antigraffiti

Orizaba

Rechazan ley antigraffiti

Por medio de una marcha, jóvenes graffiteros pidieron a las autoridades municipales la libre expresión de sus actividades urbanas. Foto: Miguel Castillo/El Sol de OrizabaEl Sol de Orizaba

24 de enero de 2010

J. Gerardo Cruz García

Orizaba, Veracruz.- Más de doscientos graffiteros de distintos puntos de la ciudad mantuvieron en jaque a la Policía Municipal, luego de que anoche los inconformes bloquearon varios lugares en respuesta a la ley antigraffiti que aprobó el Congreso local.

La ley antigraffiti tiene como fin sancionar y detener a las personas que incurran en estos actos, actividades que son consideradas delictivas, por lo que anoche los inconformes se manifestaron en contra de las medidas aprobadas por la Legislatura del Estado, ya que consideraron que es un atentado en contra de la libertad de expresión.

Varios grupos de graffiteros se concentraron sobre la avenida Oriente 6, en calle Madero, y Poniente 7, además de que invadieron el primer cuadro de la ciudad, manifestándose en contra de las nuevas medidas antigraffiteros que emitió la H. Legislatura del estado de Veracruz, quienes emitieron esta nueva ley.

Por su parte, la Policía Municipal por indicaciones de altos mandos policiacos se vieron obligados a dispersar a los grupos graffiteros que mantuvieron en alerta a las autoridades policíacas.

La orden emitida por los jefes policíacos fue de que los elementos de esta corporación actuarán cautelosamente y no violentar las garantías individuales de las personas que se dedican al graffitismo, por lo que los uniformados recibieron la orden de efectuar el decomiso, así como el aseguramiento de los botes de spray que en un momento dado podría ser utilizados por los inconformes para pintar los centros comerciales, centros de esparcimiento, como casas habitación.

Las autoridades emitieron un comunicado de que persuadirán a los líderes de los graffiteros de no causar daños a los inmuebles del Centro Histórico de la ciudad, encomienda que fue acatada por algunos disconformes que minutos después se retiraron pacíficamente del centro de Orizaba.

A pesar de que abandonaron el Centro Histórico los inconformes fueron asechados sigilosamente por los uniformados, quienes acordonaron todas las áreas disponibles y que probablemente podrían ser utilizadas por los graffiteros, como parte de su propaganda en contra de la ley antigraffiti aprobada por las autoridades estatales.