sábado, 2 de enero de 2010

Anatomía de un instante



Babelia. Los libros del año 2009

Javier Cercas

Anatomía de un instante (Mondadori)

En Anatomía de un instante, Javier Cercas se aproxima a un hecho decisivo en la historia de España (el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981) para desplegar la experiencia de la ficción basada en hechos reales. El resultado es una obra capital de la literatura contemporánea en español y que ha sido elegida por los críticos de Babelia como el Libro de 2009.

Por Alberto Manguel

El honor, lugar común de la gran literatura medieval, tiene hoy en día la calidad inédita y sorprendente de algo olvidado o desaparecido. Las raras veces en las que se lo menciona, adquiere en un contexto contemporáneo una connotación irónica o sarcástica, contaminada por banales convenciones retóricas cuando no mafiosas. Desde los principios del siglo veinte hasta ahora, en el campo político, eficacidad y astucia han adquirido mucho mayor prestigio que la conducta ética y valerosa; es por eso que nuestros héroes estatales son, en su mayor parte, rufianes y estafadores. En tal contexto, los precursores de Javier Cercas, para quien el honor es el tema central de su literatura, no son los cínicos novelistas de entreguerras (“describir el heroísmo no es tarea provechosa”, declaraba Simone de Beauvoir en los años cincuenta) sino los irascibles filósofos e historiadores del siglo dieciséis hacia atrás, de Tomás Moro a Séneca. Cómo nos comportamos frente a un desafío, qué actitud elegimos, le importa más a Cercas que por qué lo hacemos.

Como es harto sabido, el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 fue un momento decisivo en la historia española contemporánea, a partir del cual los españoles tomaron conciencia de una nueva responsabilidad política posfranquista. Los golpistas que entraron en el Congreso de los Diputados y regaron de balas el hemiciclo pensaron que esta demostración de fuerza los convertiría en héroes nacionales y les otorgaría las riendas del gobierno. Sin embargo, como Javier Cercas demuestra irrefutablemente en este libro singular, el heroísmo, el verdadero heroísmo, no lo manifestaron ni los golpistas y sus líderes ni los políticos que resultaron victoriosos, sino tres hombres quienes, bajo la lluvia de balas, se rehusaron a tomar parte en la refriega. Adolfo Suárez, Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo permanecieron en sus lugares mientras sus colegas se echaban al suelo bajo sus escaños. Es en estos tres, incólumes ante la absurda violencia, que Cercas busca esa “conducta honorable” que requería Séneca y cuyo significado hemos perdido casi del todo, conducta que podría resumirse en la réplica que dio un cierto doctor Henderson, a mediados del siglo dieciocho en Oxford, según cuenta De Quincey y cita Borges. En medio de una discusión teológica o literaria, el impávido doctor, al recibir en la cara un vaso de vino de su adversario, respondió: “Esto, señor, es una digresión; espero su argumento”. Los tres héroes de Cercas se quedaron sentados en sus sillas, esperando el argumento que nunca llegó.

La experiencia de la ficción basada en hechos reales (sus merecidamente célebres Soldados de Salamina y La velocidad de la luz entre otras) le ha permitido a Cercas la narración de hechos reales como si fueran ficción. El lector sabe que lo narrado ha ocurrido de veras, pero gracias a la habilidad literaria de Cercas, percibe la verdad como fruto de la perspicacia de la imaginación, no sólo como la contaduría de la historia. “Lo entendí. Creo que esta vez lo entendí”, escribe Cercas en la última página de su libro. El lector lo sabe: los hechos son incontrovertibles, basados en documentos verificables, pero, al mismo tiempo, se abren y se amplían con la generosa ambigüedad de un cuento de hadas que se rehúsa a convertir lo sucedido dentro del ámbito humano en un fácil y estricto catequismo. Las cosas son como ocurrieron, sí, pero también como pudieron ocurrir, como sus protagonistas creyeron que ocurrían entonces, como los lectores futuros juzgarán que hubiesen podido ocurrir en el pasado reciente. La conducta de los hombres y de las mujeres que tomaron parte en los acontecimientos goza (o sufre) de esta pluralidad; y sin embargo, al mismo tiempo, según Cercas, todas las versiones de un acto responden, voluntariamente, a una determinada ética. Llegado el momento decisivo, las diferentes opciones se concentran en una sola, determinada y determinante, cuyas lecturas pueden ser diversas pero cuya esencia es única. En cualquier situación, algunos personajes se comportan como cobardes, otros como héroes. Es por eso que en la Comedia de Dante castigos y recompensas no son creados por un dios rencoroso o magnánimo sino por nuestras propias acciones. La literatura de Cercas es, en última instancia, una defensa del libre arbitrio.

Un tema magnífico no presupone una ejecución ejemplar. En el caso de Anatomía de un instante, el honorable y heroico tema ha dado lugar, sencillamente, a una de las obras capitales de la literatura en lengua castellana de nuestra época. Anatomía de un instante es ejemplar, en todos los sentidos de la palabra. En este libro, Cercas ha logrado, con un estilo tranquilo, fluido, preciso, iluminar un momento esencial y discreto de España, guiando al lector a través de sus innumerables complejidades y digresiones. Creemos leer una crónica política cuya anécdota nos conmueve por su fuerza dramática; en realidad, como en las grandes tragedias griegas, nos convertimos en testigos de un magnífico acto de resistencia a la repetida infamia de la Historia.

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