miércoles, 20 de enero de 2010

La Guerra de los espectaculares



Los espectaculares


Francisco Javier Chaín Revuelta

Cómo todos los lectores padecen de infinitos espectaculares que estorban y contaminan el natural paisaje, es adecuado proporcionarles al menos alguna breve información sobre estas estructuras publicitarias.

Un espectacular es un anuncio soportado en una estructura con una o mas vistas para la identificación a distancia de una empresa, producto o servicio. Es un medio de publicidad exterior que tiene la capacidad de cumplir las expectativas de venta e imagen de los anunciantes; es un medio altamente eficaz, productivo y rentable. Se les cataloga como un medio masivo, versátil e ideal para campañas que requieren amplia cobertura y para mercados segmentados geográficamente. Un espectacular es publicidad dirigida al público en movimiento, usualmente en vías de transportación terrestre, siempre fuera de casa. Ante los medios electrónicos los espectaculares no pierden terreno ya que todos los consumidores mantienen algo en común, se desplazan desde su hogar para estudiar, trabajar u holgazanear.

Los precios de un espectacular normalmente son por renta mensual. Los precios varían según tamaño, tipo de propaganda (la política es más cara), zona, etc. los precios van desde $4500 hasta los $12000 aproximadamente, a lo que hay que sumarle el costo de la impresión del anuncio.

Uno de los libros más antiguos, el milenario “El arte de la guerra” ya establecía que no se intente hacer la guerra si no se cuenta con una bolsa de oro. La guerra electoral en México se libra con excesos en los gastos de campaña y en las mutuas acusaciones y sospechas entre los contendientes sobre el origen del dinero que se invierte en ellas. Políticos y especialistas reconocen que en la guerra mediática, partidos y candidatos están obligados a buscar dinero al costo que sea, coinciden en señalar que los candados de las leyes electorales son rebasadas por su incapacidad de controlar y supervisar los muy diversos medios de comunicación, cuyos propietarios no dejarán perder enormes ganancias y disfrazarán los anuncios de infinitas maneras, es decir, que sean anuncios y al mismo tiempo no lo sean.

Un ejemplo de lo anterior son las previas campañas a las electorales que se encuentran desatadas en el estado de Veracruz donde se anuncia café o frijol o el producto que sea, cuando en realidad se anuncia a este, tal o cual aspirante a controlar y manejar a su antojo el presupuesto público. Es obvio que los ciudadanos ó público en general no “se chupan el dedo” y el insultante derroche de dinero les provoca irritación y náuseas. Los aplicadores de la ley, bien como siempre, evaden responsabilidades según les lata su rojo corazón y según esperen que en su personal panorama venga, otra vez, lo mejor.



El cada vez más influyente papel del dinero en los comicios es una de las principales causas de la corrupción política. Es muy conocido que la mayor parte del erario público y fondos privados destinados a los procesos electorales se gastan en publicidad y plásticos cuyo destino será la basura. Esto, en un país con tanta pobreza como el nuestro, es una ofensa grave para la población. Lo anterior hace pensar a los verdaderos creyentes que el rojo infierno realmente no está vacío.


apéndice:
Notas de otros medios
Ligas sobre la guerra de espectaculares:
http://www.jornadaveracruz.com.mx/Noticia.aspx?ID=100119_200019_187&id_seccion=3
http://www.gobernantes.com/columna.php?id=377&idc=97


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