martes, 5 de enero de 2010

El temor a Al-Qaida aísla a Yemen


MUNDO


Fuerzas yemeníes vigilan la Embajada EE UU en Saná. :: afp
El temor a Al-Qaida aísla a Yemen

Francia, Alemania y Japón sucumben a la amenaza de atentados y también optan por clausurar sus representaciones diplomáticas

05.01.10 - 02:01 - YIMINI BIBICI
SANÁ.

Todos temen a Yemen. La tensión crece vertiginosamente desde el atentado frustrado de un iluminado nigeriano, más o menos vinculado a Al-Qaida, y el país de la península arábiga se ha convertido en foco del terror internacional. Los temores por la falta de seguridad en Saná están desembocando en el cierre de las delegaciones diplomáticas de las potencias occidentales. Ayer fue el turno de las embajadas de Francia, Alemania y Japón, clausuradas hasta nuevo aviso. Galos, germanos y japoneses se suman a Estados Unidos y Reino Unido, que desde el pasado sábado mantienen atrancadas las puertas de sus legaciones. En torno a los edificios, las medidas de seguridad han aumentado notablemente y las calles adyacentes permanecen bloqueadas. Se repiten, asimismo, llamamientos a ciudadanos extranjeros para que restrinjan al máximo sus movimientos.

Las continuas amenazas de Al-Qaida han llevado a París, Berlín y Tokio a adelantarse ante posibles acontecimientos desagradables provocados por las huestes de Bin Laden, que se reproducen sin freno en la región, nuevo santuario de suicidas en sustitución de Afganistán. Por ello, los ejecutivos de Nicolas Sarkozy, Angela Merkel y Yukio Hatoyama se han unido asimismo a los de Londres y Washington para elaborar un plan conjunto que financie una «nueva unidad policial contra el terrorismo», según especificaron ayer las autoridades británicas al anunciar la convocatoria el próximo día 28 de una cumbre de líderes mundiales para discutir la problemática en Yemen.

El programa fue acordado después de que el comandante de las fuerzas norteamericanas en Irak y Afganistán, el general David Petraeus, anunciara que viajará al país arábigo para conversar con su presidente, Alí Abdullah Saleh, sobre la posibilidad de duplicar la ayuda vinculada al combate de actividades antiterroristas en 2010.

El goteo de clausuras proseguirá en los próximos días. El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattini, pidió ayer a la alta representante de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, una acción coordinada de los países europeos en Yemen. No obstante, el Gobierno de Roma, de momento, mantiene abierta su embajada, aunque reduce sus servicios al mínimo.

Todo esto ocurre después de que el joven nigeriano radical Umar Faruk Abdulmutallab intentara explosionar una bomba en un avión estadounidense con destino a Detroit el pasado 25 de diciembre y confesara que fue adoctrinado por Al-Qaida en Yemen, donde además recibió los explosivos y el entrenamiento.

Expulsar a EE UU

El presidente norteamericano, Barack Obama, afirmó que la red liderada por Osama bin Laden estaba detrás del ataque frustrado, algo que también confirmó el grupo terrorista mediante un comunicado en el que Al-Qaida en la Península Arábiga pedía la colaboración de los musulmanes para expulsar a los norteamericanos y otros occidentales del territorio en el que vivió y sentó su doctrina Mahoma.

Esa rama fundamentalista, fundada a principios del año pasado, se ha robustecido de forma extraordinaria gracias a la contribución de los combatientes yemeníes y saudíes que, tras huir de Irak, se han asentado en la región junto con presos liberados de Guantánamo. La dirección estaría en manos de Naser Abdel Karim al-Wahi'shi.

Fruto de la presión de la Casa Blanca a las autoridades de Saná en las últimas semanas se han producido varios ataques aéreos por parte de la aviación yemení contra supuestos escondites en los que se reunían miembros de este grupo.

Yemen se enfrenta además a otros dos importantes desafíos domésticos contra su seguridad y unidad territorial. En la provincia norteña de Saada los rebeldes chiíes llevan a cabo una lucha que dura ya más de cinco años y que ha implicado al Ejército de Arabia Saudí. Desde Riad se trata de repeler a los insurgentes que se infiltran en su territorio. Por otro lado, en el antiguo Yemen del Sur, las tensiones secesionistas provocan disturbios y muertes en enfrentamientos que se repiten cada día.

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